Llegamos a la rivera del Thames y tuvimos que dar unas vueltas para dar justo con el puente Millenium que es el que hace de acceso al museo. Una vez en el lugar nos informamos un poco sobre la muestra y entramos. La entrada es gratuita aunque usted no lo crea, y las instalaciones están mejor cuidadas que cualquier otro museo de Europa que hayamos visitado. Encima en el interior tienen varias propuestas para que los más chicos no se aburran y los más grandes puedan realizar la visita tranquilamente.
Empezamos la recorrida en el primer piso viendo arte moderno y en la salida de una de las alas, notamos que habían realizado una video instalación para que quienes como nosotros no entienden demasiado de arte, tengan la posibilidad de comprender la muestra en general. Nos sentamos en unos almohadones, terminamos de ver el vídeo en forma completa y ya estábamos mejor preparados para encarar la tercer planta.
Terminamos la recorrida en la tienda de merchandising (que tiene de todo), salimos del museo y empezamos a recorrer la rivera del Thames. Al igual que en Buenos Aires con Puerto Madero, el barrio lindero al río es uno de los más exclusivos, visitamos el lugar caminando en dirección a Greenwich pero jamás llegamos ya que este era muy lejos y para peor no habíamos cambiado plata así que estábamos con lo justo.
A eso de las 17 hs no encontrábamos en pleno micro centro de Londres y en plena salida de los trabajadores. Nos quedamos viendo la zona, hasta que se hizo de noche y decidimos volver para el Hostel. Cenamos charlando con un madrileño que se había ido a probar suerte y que como no hablaba inglés se le estaba dificultando la cosa, y después a dormir.
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