viernes, 21 de septiembre de 2007

05.09

Arrancamos a las 9 de la mañana desayunando unos mates con Milou. A las 10 llegó Sandra, se tomó unos amargos y partimos en bici a recorrer París. Empezamos por la parte más turística que es la isla Luis XIV, donde esta la Catedral de Notre Dame.

Seguimos recorriendo movilizándonos en dos ruedas hasta que dimos a parar con el Pompidou. Este es un edificio increíble de 5 pisos que funciona como Museo de Arte Moderno. Sacamos nuestras entradas mientras Sandra por no tener trabajo, pasaba gratis y durante dos horas y monedas recorrimos obras increíbles. Subimos a la terraza para ver la vista espectacular que tiene de París y para ver como la clase alta se pelea por un lugar en el exclusivo restaurante que funciona en la azotea (para aquellos fanas de la data al pedo les informo que el restaurante es del dueño del Hotel Costes).

Partimos del museo con buena data, agarramos las bicis y encaramos la cuesta que nos depositó en el Sacre Coeur. Esta es una iglesia (el sagrado corazón) en la parte más alta de París que posee una vista impresionante de toda la ciudad. Nos quedamos un buen rato contemplando la vista y bajamos por el barrio de Amelié Poulan (si la de la película) que se llama Montparnasse y que es el lugar donde vivieron en la época de gloria los artistas.

Bajamos, hicimos dos cuadras y nos cruzamos con el triste Moulin Rouge. Un teatro re contra venido a menos que no vale dos mangos. Quiero aclarar también que el bar de la anteriormente mencionada película ahora está lleno de turistas pero antes no iba nadie.

También quiero aclarar que tratamos de ir pero nuestra guía no lo encontró, ja. Tomamos las dos ruedas y partimos rumbo a otro punto típico de París que son las Galerías LaFayette. Recorrimos 5 minutos (prometo que no más) porque no daba ni un poco para quedarse y menos si por los altoparlantes te avisaban que en el shopping estaba como celebridad recorriendo los pasillos un modelito de cuarta.

La vuelta la hicimos pasando cerca de la Torre Eiffel, compramos unas birras y arribamos a la casa para hacer una picadita. Esta fue bien breve ya que teníamos una recital en la otra punta de la ciudad, así que salimos raudamente hasta un antro de mala muerte donde tocaban un canadiense y después una banda punk española. Una mezcla rarísima pero muy divertida. A la vuelta subte y a dormir cansados de tanta bici.

No hay comentarios: